Enamorarse es fácil, lo difícil es mantenerse enamorado.
El Amor inteligente es aquel que es capaz de reunir tres
elementos distintos: 1) un conocimiento de
lo que son los sentimientos; 2) la aplicación de la cabeza, pero sin que ese amor
pierda frescura, lozanía y espontaneidad; y 3) la espiritualidad, que lo hace
vertical y trascendente. Es decir: aspirar a la
afectividad con cierta madurez, poner sobre la mesa lo mejor de la
inteligencia y tener una visión con ideales que lo elevan por encima de su
realidad. En el tablero del ajedrez de
la vida juegan los sentimientos y la razón, arbitrados por la cultura.
El
Amor inteligente sabe que lo cotidiano nunca es banal, ni insignificante. El "mejor amor" se echa a perder si no se le
cuida a base de detalles pequeños.
El amor es de calidad cuando uno sabe que para estar con
alguien, hay que estar bien primero con uno mismo. No hay "felicidad sin
amor", y no hay "amor sin renuncias". El
amor nos hace libres y esclavos, nos emancipa y nos sujeta. El "amor sin sacrificio" se da
en los adolescentes, en las películas y en las personas
inmaduras. Es un "desconocimiento" que
vuelve vulnerable en exceso al que lo padece.
El amor inteligente te mantiene siempre entusiasta y apto parta afrontar cualquier situación que se te presente con tu pareja a lo largo de toda la vida.
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